lunes, 28 de julio de 2008

ROUSSEAU: UN BARRA SIN MEMORIA

Cristian Roussoulis fue asesinado el 22 de diciembre de 1996 y a más de diez años de ese hecho, algunos de los sospechosos de haber participado en el crimen que tuvo lugar en Avellaneda dicen no recordar qué pasó.Uno de ellos fue Adrián Rousseau, el jefe de la barra brava de River hasta el año pasado y quien el viernes 25 fue a declarar a los tribunales de Lomas de Zamora después de haberse negado a hacerlo, por esta causa, en tres ocasiones anteriores.La familia de la víctima quedó desencantada con el funcionamiento del juzgado, a cargo de la doctora Silvia Susana González, quien hoy no pudo asistir y en su lugar lo hizo el doctor Marcos Martínez. A Martínez se le pidió que Rousseau, debido a sus contradicciones, fuera careado con otros dos ex barras también sospechosos de haber participado en ese asesinato, Pablo "Cucaracha" Girón y Jorge Luis "Pato" Rolón. Extrañamente, esto fue negado. Lo sorprendente es que algunos de los implicados en la causa dicen haber visto entre los participantes tanto a Rousseau como a Alan Schlenker, quien se encuentra detenido en la cárcel de Marcos Paz.Ambos (Schlenker declaró con anterioridad), en cambio, no recuerdan si en ese entonces había ido a la cancha y niegan, encima, haber sido integrantes de la barra brava de River, conocida como Los Borrachos del Tablón.Es más, Rousseau dijo que iba a la cancha sólo cuando podía pagarse la entrada. Hoy, en cambio, no va a ver a River porque tiene prohibido el ingreso.En la actualidad, Rousseau vive de competencias de motocicletas, según le contó a este medio Jessica Roussoulis, abogada y hermana de la víctima.El abogado patrocinante de Nora Roussoulis (mamá de la víctima), Juan Manuel Lugones, le comentó a Infobae.com: "Rousseau no se acuerda si fue a la cancha ese día, no conoce a ninguno de los barras, no sabe si había barras ese día. No sabe si hay barra en River hoy. Dice que iba ocasionalmente a la cancha, sólo cuando tenía para costearse las entradas. No conoce a nadie de los que se le preguntó. A Alan Schlenker lo conoce porque era su amigo pero ya no es más amigo".Para Lugones fue llamativo que se haya denegado el pedido de careo entre los sospechosos, algo solicitado debido a las contradicciones, sobre todo porque hay quienes afirman que Rousseau estuvo en aquel hecho violento producido el mismo día en que se enfrentaban Independiente y River."Estas actitudes de la Justicia son las que hacen que los barras sigan moviéndose con impunidad y en el fútbol argentino haya cada vez más víctimas de la violencia que ellos mismos generan", dijo Lugones.Nora Roussoulis, además, opinó que con estas actitudes "el juzgado pone trabas" en la investigación del crimen de su hijo.De todos modos, es de esperar que después de la Feria Judicial se haga lugar al pedido de careo de los implicados.Para la familia Roussoulis, igualmente, sorprende "que se hayan demorado dos meses en conseguir que Rousseau se presente a declarar. Él aduce que por su trabajo como corredor de motos no puede asistir sino es con un aviso más amplio de tiempo. En tanto el tiempo se pasa y nunca se sabe nada", le dijo a Infobae.com Jessica Roussoulis.

jueves, 24 de julio de 2008

FUTBOL ARGENTINO: LA ODISEA DE ESTAR EN UNA CANCHA



Los estadios de la Capital Federal, donde se encuentran River y Boca –los más emblemáticos de nuestro fútbol- carecen, aunque suene increíble, de habilitación definitiva. En el resto del país el panorama es desolador. ¿Quién cuida al público?
El fútbol argentino, que se caracteriza por tener los mejores jugadores del mundo junto con el de Brasil, se contrapone con una dura realidad que abarca desorganización y desidia, algo que se observa en las canchas cada fin de semana. Atrasados años luz de los escenarios y la organización de Europa, los estadios de los encuentros de AFA dejan mucho que desear. Recién ahora en la Argentina se discute y se apura a los organizadores para que la gente pueda (y deba) observar los partidos sentada. En tanto, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Subsecretaría de Seguridad de Espectáculos Futbolísticos, a cargo de Javier Castrilli, pugnan por ver quién gana una pulseada en la que está en juego nada menos que la seguridad de los miles de espectadores que visitan cada estadio de fútbol, tanto de Primera División como del ascenso.Pero mientras la discusión se traslada al terreno de la legalidad, en la práctica suceden cosas que nadie evita y la mayoría acepta.Ir a un baño en un estadio de fútbol, y salvo excepciones, es una tarea por demás desagradable. La mayoría de ellos están sucios y mal iluminados; la falta de higiene se hizo una moneda tan corriente que lo que anda bien es excepción.El José Amalfitani, de Vélez, es uno de los escasos ejemplos de salubridad entre nuestros escenarios. Ni River ni Boca, por caso los dos clubes más grandes, están a la atura de las circunstancias.Cualquier turista que haya visitado estadios españoles, por ejemplo, se asombraría ingratamente si tuviera que ir a un baño de una cancha argentina. Y eso que cuando hablamos de Boca nos referimos al conjunto que más logros tuvo en nuestro país en los últimos años. Lo mismo podría decirse de los de Núñez, con el agregado de que en ese escenario juega la Selección nacional cuando hace de local. En ambos casos, la gloria deportiva no se trasladó a la infraestructura.Ya en provincia, ni hablar de Racing o lo que era, hasta hace poco tiempo, el estadio de Independiente. En Rosario, la cosa no cambia. La pasión que generan Newell's y Central tampoco puede trasladarse del césped a sus estructuras. Pero a las mejoras edilicias hay que agregarles la inseguridad que se produce durante las enormes aglomeraciones en las tribunas populares, algo que se podría evitar con el público sentado y ordenado.Claro que nunca falta el dirigente que aduce que llenar los estadios de asientos es contraproducente con la pasión argentina de ver los partidos parados. Ante semejante declaraciones, se oponen los hechos: robos, miedos, aprietes… Ni hablar de lo que significa acercarse a un estadio con movilidad propia. Se sabe que los barras manejan el negocio de los estacionamientos: cada propietario de un automóvil debe pagar un mínimo de 10 pesos , cifra de la que saben todos pero sobre la que nadie hace algo. Esto es tanto en provincia de Buenos Aires como en Capital Federal. En Vélez en la avenida Juan B Justo, en Avellaneda sobre avenida Mitre, en Banfield en una plaza aledaña que le quitan a los vecinos, En Núñez en Libertador y calles aledañas…Futuro CromañónEl abogado de Salvemos al Fútbol, Juan Manuel Lugones, se refirió al tema al sostener que "en la Ciudad PRO de Macri, ningún estadio tiene habilitación definitiva, ni Boca, el club que presidió durante 12 años"."Macri es parte de la corporación de dirigentes de futbol que hacen negocios millonarios con la compra y venta de jugadores, pero que son incapaces de adaptar los estadios a las exigencias de la Ley", agregó. Y continuó: "Pero como se privilegia el negocio del futbol sobre la seguridad de las personas que asisten a la cancha, la Ciudad los habilita en forma precaria"."El negocio va a continuar hasta que tengamos el Cromañón del fútbol", lamentó.En tanto, el diputado Martín Hourest expresó: "Compartimos la necesidad de normalizar las irregularidades existentes en la habilitación de 18 estadios de fútbol de la Ciudad. Sin embargo, advertimos que las sucesivas prórrogas de las habilitaciones verifican la ausencia de autonomía del poder político frente a los clubes de fútbol mayores. Estos clubes no tuvieron voluntad de requerir la habilitación de sus estadios, y cuando el Estado se los requirió, obtuvieron sucesivas prórrogas en función de sus intereses particulares"."Propiciamos la existencia de los clubes como espacio para el desarrollo cultural y deportivo, pero proponemos que prevalezca la seguridad estructural de los derechos individuales y colectivos de las personas que asisten a eventos deportivos y sociales antes que los costos e inversiones de los grandes clubes", opinó además.